Doménica nació el 30 de noviembre de 1994 y fue bautizada en la religión Cristiana Evangélica. Su nacimiento fue un miércoles y como dicen que a los nacidos en este día no les gusta la gente complicada, Dome coincidía con aquella característica: detestaba a la gente conflictiva. Si en su entorno se suscitaba una discusión, se alejaba del lugar, ya que como ella decía "eso atrae malas vibras". No le gustaban los tumultos, prefería la tranquilidad. Logró lo que pocos podemos: disfrutar de nuestra propia compañía. Amaba la lectura sumergiéndose en mundos de fantasía y de sueños. Era muy callada, pero como todos sabemos, las cosas importantes se planean en silencio. Una frase que la describía perfectamente es: "Soy muy tranquila, la inquieta es mi mente". Antes de brindar su amistad, tenía que conocer muy a fondo a las personas.
Como toda joven disfrutaba de la música, desde un buen ritmo tropical hasta un reggaeton sin dejar de lado el pop. Sin embargo, su hobby favorito era dormir...nunca era suficiente. Disfrutaba de un arroz con puré y carne apanada, pero sobre todo, de unas jugosas cerezas.
No podría dejar de describirla sin mencionar que era una excelente hija, una hermana amorosa, una formidable prima y sobrina, una incomparable amiga y una afectuosa nieta, aunque siempre se acababa las cremas, perfumes y la acetona de la abuela. Era muy vanidosa, en el buen sentido de la palabra. Se bañaba tres veces al día, se echaba todas las cremas de Victoria´s Secret y se hacía mil tratamientos en el cabello.
Su sensibilidad tan única se demostraba en el amor que sentía por sus perros, Sheila y Totto.
Dome, el mundo no será el mismo sin el brillo de tu mirada y la calidez de tu sonrisa.