Hay un ser que dio todo sin esperar nada,
que aún fatigada se desveló por cuidarte,
que atesoró cada minuto de tu existencia,
que compartió tus sueños y rio con tu risa.
Un ser, que sin dudar, te extiendió sus manos
para ayudarte en cualquier momento;
que aunque no siempre estuvo contigo de acuerdo
te dio su apoyo incondicional y te comprendió.
Una ...
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Hay un ser que dio todo sin esperar nada,
que aún fatigada se desveló por cuidarte,
que atesoró cada minuto de tu existencia,
que compartió tus sueños y rio con tu risa.
Un ser, que sin dudar, te extiendió sus manos
para ayudarte en cualquier momento;
que aunque no siempre estuvo contigo de acuerdo
te dio su apoyo incondicional y te comprendió.
Una mujer que consagró sus días para guiarte,
que fue capaz de entregar su vida por ti,
un ángel divino que te cubrió con su amor
cuando la tristeza te embargó por alguna razón.
Una mujer valiente, una mujer luchadora,
de corazón claro como agua de fuente,
alguien que con sólo un beso en la frente
perdonó tus ofensas y errores.
Un ser que siendo joven tuvo enorme sabiduría
y en su madurez contó con la fortaleza de su alma;
Una mujer sensible, una mujer admirable,
tierna y serena, tuvo la belleza de la luna llena.
Ella, llevó la magia de un radiante amanecer
y en sus cálidos ojos se reflejó la bondad
¡No hay en el mundo un amor más grande,
como el amor de esta inigualable mujer!
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